Según la BNE, los principales criterios de selección de un fondo antiguo son los documentos impresos en España antes de 1958, fecha en la que entra en vigor el depósito legal. Con especial atención a los libros de los grandes clásicos de la cultura universal y que por su antigüedad son valiosos; obras de autores españoles, principalmente los exiliados que publicaron en otros países; obras de autores españoles traducidos a otros idiomas.
En Francia, tradicionalmente, se consideran libros antiguos los impresos antes de 1811, pero actualmente se incluyen en el conjunto patrimonial las obras del S.XIX y las de principios del S. XX.
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